Entrevista a Joan Mele:
Dinero y Conciencia ¿A quien sirve mi dinero?
Pocas voces dudan ya de que la
actual crisis económica tiene su origen en la naturaleza especulativa
del sistema financiero internacional. La circulación de capitales, en
lugar de servir de apoyo a la economía real, ha creado durante los
últimos años peligrosas burbujas financieras que han terminado por
explotar. En este contexto, es necesario preguntarse si el dinero puede
volver a desempeñar un papel beneficioso para la sociedad. Para Joan
Antoni Melé, subdirector general de Triodos Bank en España y autor del
libro “Dinero y conciencia, ¿A quién sirve mi dinero?” la respuesta es
muy clara: el dinero puede hacer mucho por el bien de las personas. En
esta entrevista nos da las claves para lograrlo.
Joan Antoni Melé: Yo estoy convencido, de ahí el título del libro, que más que un libro parece una de mis conferencias. Creo que esta crisis es una crisis de modelo de sociedad y de falta de valores. La sociedad actual se ha desarrollado sin sentido, movida sólo por el crecimiento del beneficio económico, pero sin saber adónde íbamos. Esto es lo que ha provocado el colapso.
Hemos puesto en primer lugar el beneficio y eso no puede ser. Mi libro es una reflexión sobre este papel del dinero, y sobre cómo se podría usar el dinero de forma consciente para ayudar a cambiar el mundo de forma positiva.
El dinero surgió originariamente como un medio para fomentar el intercambio de bienes y servicios entre las personas, pero ahora se ha convertido principalmente en una mercancía de naturaleza netamente especulativa. ¿Qué hay que hacer para que el dinero recupere este papel positivo que usted demanda?
JAM: Lo primero para lograrlo es una toma de conciencia y así darnos cuenta de que tras el dinero siempre hay relaciones entre seres humanos. Es una oportunidad de encuentro y de hacer algo más grande que la suma de los individuos que forman el grupo. Si se enfoca así, el dinero tiene un poder positivo de relación transformadora.
En el libro trabajo con muchas preguntas: ¿qué es el dinero? ¿qué compras con él? ¿a quién influye lo que compras? ¿dónde lo estás comprando? El problema es que todos somos iguales y buscamos el máximo beneficio sin pensar en los demás. Se echa mucha culpa de la crisis a los bancos y a los gobiernos, pero también es culpa de nuestro egoísmo. Yo no puedo cambiar a los políticos o a las multinacionales de golpe, pero sí que puedo tomar decisiones responsables y dar así un paso para cambiar las cosas.
También es posible cambiar la banca; nosotros somos el ejemplo. Cuando hablas con la gente, al principio piensan que hacer funcionar un banco como Triodos Bank es una utopía, pero el caso es que llevamos más de 30 años haciéndolo en Europa y seguimos creciendo. Actualmente estamos en cinco países de Europa y puede que abramos más sedes en algunos más. En Triodos Bank no somos soñadores, somos banqueros, pero la diferencia es que por encima del dinero hemos puesto los valores humanos. Sin duda que el mundo puede cambiar y que otro mundo es posible, pero lo tenemos que hacer nosotros, no el gobierno o el G20 o cualquiera de estas entidades. Tienes que ser tú el ejemplo de lo que quieres ver en el mundo, como diría Gandhi.
Si analizamos todas las relaciones que están detrás del sistema financiero, lo primero que vemos es que el dinero está al servicio del crecimiento ilimitado de la riqueza, pero nadie analiza si es viable este modelo en un mundo finito, cuyos recursos naturales son limitados por definición.
JAM: Este modelo no es posible porque el planeta no da para tanto y menos ahora. Antes sólo EEUU y Europa participaban de este modelo loco de consumo, pero ahora han entrado en este sistema países como China, India y Brasil, y es imposible satisfacer la demanda de toda esta gente.
Además es que no tiene sentido. Yo me pregunto por qué la gente consume de forma tan compulsiva. Siempre queremos comprar, pero realmente es un gesto inconsciente, una forma de llenar el vacío provocado por la pérdida de sentido de la sociedad. Es curioso que la gente que tiene de todo sufra cada vez más de problemas de ansiedad, lo que evidencia este vacío. Incluso se ha disparado el suicidio, que en muchos países desarrollados ya es la primera causa de muerte.
Esta es otra de las características de la crisis actual de valores, que nos ha hecho ver todo de forma materialista. Pero nosotros podemos optar por otro modelo y decidir lo que queremos hacer. Queremos ejercer la libertad y ser conscientes de lo que hacemos. Triodos Bank es un buen ejemplo, puesto que no es sólo filosofía, sino un modelo distinto de banca. Si un banco puede ser diferente, todo puede ser diferente. Por eso la gente también ve en nosotros una esperanza, porque al conocernos comprende que se puede cambiar, que es posible hacer las cosas de otra manera.
Y aparte de este cambio individual, debemos ser conscientes de que tenemos que cooperar. Nos hemos obsesionado por competir toda la vida, pero es la hora de hacer alianzas. Se nos ha dicho que tienes que preocuparte por lo tuyo y desentenderse de los demás, pero esto es un error, porque si nos preocupamos por el otro, la sociedad será más sana. Nos dirán que si haces esto te va a ir peor porque el resto de la gente no lo hará. Pero yo no lo creo, de hecho, soy muy optimista al respecto porque gracias a mis conferencias he podido viajar por toda España, y en cada lugar siempre veo a mucha gente con estos ideales. Como están aislados, se creen que son cuatro, pero hay mucha gente con esta conciencia.
Otro asunto al que hay que prestar atención cuando hablamos del sistema financiero es el de los costes sociales que tiene la creación ilimitada de riqueza para las regiones más pobres del planeta.
JAM: Este es el otro grave problema al que debemos mirar. En primer lugar, hemos llevado al planeta al límite del colapso y de la extinción. Creo que la expresión cambio climático es incluso demasiado suave para la grave situación actual, que es de enfermedad de la Tierra como ser vivo, y esto hay que explicarlo con detalle.
El otro tema primordial es que hemos ido aumentando la diferencia entre las grandes fortunas y la pobreza extrema, y se ha creado una miseria que es a todas luces injustificable. Actualmente hay más de 3.000 millones de personas en la pobreza absoluta y cada día mueren de hambre 70.000 personas. Es imperdonable, más cuando poseemos los medios técnicos y el dinero necesario para que esto no suceda. No se trata de enviar más ayuda humanitaria o crear más ONG, sino de desarrollar un tipo de economía que no genere pobreza o destrucción. Esto es lo que hay que cambiar.
Usted aconseja a las personas que pongan sus ahorros allí donde tengan sus valores para cambia el mundo. Pero también hay que tener en cuenta que precisamente este sistema económico lo que ha generado es que la mayor parte del capital financiero esté concentrado en muy pocas manos, con lo cual parece difícil cambiar la situación meramente desde un cambio de conciencia si éste sólo afecta a los que tienen la menor parte del dinero.
JAM: El problema no es tanto este sino cómo se gestiona el capital financiero y en qué se invierte. Lo malo es que la mayoría de las inversiones son de naturaleza especulativa, pero no hay nada de producción detrás de ellas. Esta crisis económica es de hecho un crack de la especulación. Pero a pesar de lo que ha pasado, se sigue haciendo lo mismo. Se invierte en especulación o en actividades destructivas como la fabricación de armas o la destrucción del medio ambiente. También por esta razón muchas empresas se deslocalizan y se aprovechan de países donde no se respetan los derechos humanos para instalarse y obtener más beneficios.
Con todo esto quiero decir que la banca en sí no es mala. Un banco puede ser bueno si apoya proyectos y empresas que son buenas para la humanidad. El problema es cuando el dinero se invierte en especulación, la cual ha creado esos grandes capitales, pero en realidad son capitales falsos. Son burbujas detrás de las cuales sólo hay humo. Detrás de más del 90% del dinero que se mueve no hay producción real. Es por tanto especulación y vació, propio de una economía enferma.
¿No sería entonces urgente una reforma legal muy profunda del sistema financiero para evitar estas prácticas especulativas?
JAM: Sí, para poner alguna limitación a la especulación, pero que suceda esto es muy difícil si analizamos cómo se financian los partidos políticos. La mayoría de estas formaciones tienen créditos de millones euros en las entidades financieras ¿Son realmente libres para tomar decisiones cuando depende su dinero de esas entidades? Cuando los bancos y las cajas entraron casi en quiebra y hubo que poner dinero para rescatarlas, habría que haberles impuesto antes condiciones para que accedieran a una mayor regulación. Otro punto básico sería acabar con los paraísos fiscales. Es necesario que las entidades sean transparentes.
Yo siempre recuerdo en mis conferencias que cuando el ex presidente de EEUU George Bush anunció que iba a invadir Irak, los ciudadanos salimos a la calle a manifestarnos en contra para evitarlo. Pero desgraciadamente no sirvió de nada. En cambio, si hubiéramos ido a los bancos a sacar el dinero, no se habría producido la guerra probablemente. Si supiéramos qué bancos y cajas invierte en armas, posiblemente la gente no metería ahí su dinero. Pero no hay transparencia; la gente mete su dinero en los bancos y cajas pero no saben lo que éstos financian. Podemos cambiar el mundo, pero con transparencia, y tomando nosotros el control. El lema es no permitas que con tu dinero se hagan cosas que tú no harías de forma consciente.
¿Qué opinión tiene de las alternativas al sistema financiero que están surgiendo a nivel local, como son el trueque o las monedas complementarias sin intereses?
JAM: Están bien, lo que pasa es que no solventan el problema del necesario cambio del mundo, sino que tan sólo pueden beneficiar a un grupo en concreto. El trueque tiene limitaciones, como ya se vio en el pasado. Creo que mucha de esta gente tiene una imagen de que el dinero es lo negativo, pero el problema realmente somos nosotros, nuestro egoísmo, no el dinero. Trabajé durante 35 años en un banco y la gente siempre me preguntaba cuánto les daba por poner su dinero en mi entidad, y si otro banco les daba más, se iban a ese, sin pensar en cómo se generaba este mayor beneficio. No es por tanto un problema que se solucione creando monedas o yéndose a vivir a una ecoaldea. No es por culpa del dinero o de la ciudad, sino de que los seres humanos somos muy difíciles y es complicado compaginar el egoísmo personal con la comunidad. Es un problema de esta época, no un problema del dinero. Además, si quieres cambiar el mundo, estos modelos complementarios son muy locales y se desarrollan sólo en un ámbito en concreto. En conclusión, son modelos que no están mal, pero yo creo que hay que implicarse a un mayor nivel y solventar los problemas del mundo.
Para terminar, dejemos un mensaje positivo. Otro mundo es posible si…
JAM: Si hacemos que nuestro dinero trabaje de forma positiva.